Ser madre no es un título que se adquiere estudiando en la universidad, es un reconocimiento que se logra con la energía de amar, guiar, cuidar, acompañar y proteger con devoción a los hijos. Por eso, todas las mujeres deben sentirse realizadas cuando llegan los hijos sus nuestras vidas, aunque muchas veces estos les 'pillen' en plena faena profesional.
Miles de mujeres viven con el peso de la doble
función: madres y trabajadoras fuera del hogar. El incremento de las tasas de
empleo de las mujeres en las últimas décadas ha desencadenado un debate sobre
si esta tendencia podría ser perjudicial para el desarrollo de los niños. Unos
investigadores, dirigidos por Rachel Lucas Thompson, de la Universidad
Macalester (Minnesota, EE UU), revisó el año pasado 69 estudios sobre los
efectos de la vida laboral de las madres en el comportamiento de sus hijos. Los
informes, publicados entre 1960 y 2010, sostenían que los niños cuyas madres
trabajaban fuera de casa presentaban más problemas de comportamiento,
agresividad, depresión, sobrepeso y peores resultados académicos. Sin embargo,
Thompson constató que los hijos de madres empleadas obtuvieron mejores
calificaciones y padecieron menos crisis de ansiedad que los niños de amas de
casa.
La doctora
Anne McMunn, explica que "las madres que trabajan fuera de
casa suelen tener un mayor nivel educativo, más ingresos y más motivos de
satisfacción, por lo que tienen menos probabilidades de deprimirse que las que
están en casa. Y el estado de ánimo de la madre influye en el niño y en su
conducta". Una reflexión con la que el doctor Sibajo está completamente de
acuerdo. La autoestima es fundamental. Si una mujer renuncia a su
carrera profesional, después de haber estudiado años, para ser madre, puede que
se frustre, aunque haya sido una decisión personal. E inconscientemente
manifestará al pequeño su frustración.
El pasado 8 de marzo se celebró el Díainternacional de la mujer trabajadora y como homenaje es importante
aprovechar la fecha para reflexionar individualmente y que todas las
mujeres-madres-trabajadoras se sientan a gusto en su papel y encuentren su
sitio. Vuestros hijos necesitan madres y mujeres felices.
Laura Fernández Morillo
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